jueves, 4 de septiembre de 2025
DESPERTARES.
Me despierto temprano, mientras preparo el desayuno tomo el celular, controlo el horario y veo que me ha llegado un mensaje: Panda, Mauro y Chapu me han enviado un saludo con una foto de los tres en el concierto del grupo rock de otro amigo.
Me hace mucho bien el saludo mañanero de mis amigos, los que están en la ciudad de la eterna primavera. Recuerdo nuestras tertulias, nuestras idas al cine y nuestras trasnochadas bailando salsa. Agradezco nuestro último encuentro lleno de amor y de risas.
Un rato más tarde, me contactó otra amiga de la ciudad de la eterna primavera y comenzamos una tertulia de esas buenas, de las que merecen ser acompañadas con pan y café. Sé que suena más intelectual decir acompañada con un buen vino, pero esta conversación es entre dos amigas montañeras que saben apreciar la cafeína y el carbohidrato.
Me pregunta cómo está la situación en Europa con toda esa ultraderecha al poder y si es verdad que nos estamos preparando para la guerra. Le digo que justo en ese momento en el canal de televisión donde aún invitan intelectuales de un cierto nivel, de los que acompañan las conversaciones con un buen vino, han leído un fragmento de un discurso de Mussolini, en el cual dice que le han llegado quejas de los hebreos sobre una posible persecución exigida por Alemania.
A este temor Mussolini responde diciendo que no ha recibido ninguna petición de parte de los alemanes, que aquí (en Italia) no está pasando nada y que por demás no sería práctico perseguir a los hebreos porque se harían las víctimas y serían ayudados por los demás hebreos de todo el mundo, que hay otros modos de atacarlos, porque desde el punto de vista económico nos sirven como la levadura sirve al pan: en pequeñas dosis.
Palabras más palabras menos es lo mismo que los gobiernos de derecha nos dicen hoy, no respecto a los hebreos, sino en general sobre la persecución a los migrantes, sobre todo a los de color lenteja o chocolate, cuando se les reclama por la obsesión de dificultarles a las ONG's el socorro en el Mediterráneo, sobre la ineficacia por motivos de espacio insuficiente o de falta de recursos en la gestión de los centros creados para acoger momentáneamente migrantes recién llegados.
En algunos casos en los centros de repatriación los migrantes son víctimas de violencia y tantas veces terminan en estos centros porque la lentitud del ente encargado de dar y renovar los permisos de soggiorno (estadía), los deja en estado de ilegalidad ante las autoridades, ante la búsqueda de un trabajo y ante mafias que se aprovechan de la necesidad y la desesperación.
Se les reclama también el no dar nacionalidad a los niños nacidos en nuestro territorio, la intolerancia unas veces de frente a quien es diferente y la indiferencia en otras ocasiones en relación con las tragedias humanas en el Mediterráneo o en Los Balcanes o en la periferia europea o en Medio Oriente o en el Continente Negro.
Nos dicen, no somos racistas o fascistas o cualquier otro ista negativo, pero… Y aquí inicia la propaganda contra esa parte de humanidad que no les gusta.
Ante la pregunta legítima de parte de la opinión pública sobre el porqué no rompen relaciones diplomáticas con Netanyahu y no aplican sanciones como lo hicieron con Rusia y no crearon corredores humanitarios como con Ucrania…Me temo que la respuesta es que esto conlleva a tener que recibir muchos palestinos y como decía Mussolini, se necesitan pocos migrantes. Y como dice la derecha del 2025, ya tenemos muchos y se corre el riesgo de perder la propia identidad racial y de valores cristianos, aunque en realidad acoger al necesitado es un valor cristiano, preferir que se ahogue en el mar o que sea torturado en Libia con tal de que no venga a darnos fastidio, no.
Y desde el punto de vista científico e histórico no existe la raza pura, de una parte, porque la especie humana es una única cosa, y de la otra, porque lo que hoy es Italia (como tantos otros países), ha conquistado por ejemplo durante el imperio romano vastos territorios en el norte de Europa como en el norte del África y el cercano oriente y ha sido conquistada en pequeñas fracciones y en diferentes momentos históricos de etruscos, bárbaros, franceses, españoles, turcos, alemanes.
Ha sido puerto de cambio de mercancías y de bienes culturales durante siglos y en los tiempos modernos el comercio y el turismo mueven mareas de gente en visita en la botica de Europa. Y todos estos procesos han generado desde hace varios siglos atrás mezcla de espermatozoides y ovarios entre personas que pertenecieron a culturas y áreas geográficas diferentes. Yo misma hago parte de ese proceso de mezcla entre ovarios de la ciudad de la eterna primavera y espermatozoides del meridión.
Y las izquierdas? En general hablan de problemas primarios como educación y salud y se dicen favorables al socorro en el Mediterráneo, y contrarios a la explotación laboral de los migrantes y al saludo romano que grupos neo fascistas hacen sin ningún pudor porque se sienten “autorizados” por los gobernantes.
Aunque la izquierda tiene razón en que defender la educación y la salud pública es fundamental y en criticar las formas varias de racismo, a veces se quedan en la dialéctica sin pasar a la práctica o se atascan en discusiones internas entre progresistas y radicales.
Bueno, lo mío también es dialéctica acompañada con pan y café, pero yo soy una simple ama de casa que quiere a sus hijos y a la cual le preocupa la infancia de los hijos de otras mamás que no conozco, que viven lejos y a los cuales les toca obligados ser niños soldados en Colombia o en El Congo o niñas esposas en India o morir de hambre y de bombardeos contemporáneamente en Palestina.
Me preocupan los niños cuyo destino fue ser robados en Ucrania al inicio de la guerra para ser llevados en Rusia y de los cuales no se sabe nada o las niñas afganas condenadas a la ignorancia y los niños afganos que pueden ir a la escuela pero que no tienen derecho a una educación libre. Pienso también en los niños que llegan pobres y exhaustos a Italia después de haber sobrevivido al desierto y al mar. Pienso a los que corren con algo más de fortuna, porque sus padres un trabajo legal, aunque humilde, lo han encontrado en este país.
Pienso a todos ellos en una ruidosa clase en cualquier escuela de Italia, donde se habla un idioma que a mala pena conocen y donde a casi nadie le interesa saber de dónde vienen ni para dónde van, cuál es la historia que los acompaña, cuáles cosas nos pueden enseñar ni el modo mejor de ayudarlos a integrar.
Pienso a los gobernantes a los cuales esa infancia importa un poco menos, a los gobernantes que atacan a los magistrados, espían a los periodistas, que patrocinan a la guardia líbica aún sabiendo de las violaciones, torturas y extorsiones a las que someten a los migrantes (niños incluidos) y no obstante estas guardias en más de una ocasión hayan disparado contra pescadores italianos que pescaban mar adentro, es decir, que no trafican seres humanos, y contra ONG’s que intentan salvar de morir ahogados en el mar a seres humanos que además de haber sido ultrajados, le han tenido que pagar a la guardia líbica para poderse embarcar.
Gobernantes que hoy dicen con desaliento unos y con tardío entusiasmo otros, que piensan reconocer el Estado de Palestina ante la ONU (unos 150 países ya la reconocen desde hace algún tiempo) y que hay que hacer algo para evitar que los niños en Gaza mueran de hambre…Aparte de las ONG en campo, los primeros gobiernos que se pronunciaron contra la brutalidad de Israel fueron los africanos y algunos sudamericanos, países que tomaron medidas rompiendo por ejemplo relaciones comerciales con Israel, pero que no tienen gran peso en el mapa geopolítico.
Se pronunció también contraria la población civil de Israel, a pesar del grave, inhumano y desgarrador ataque sufrido el 7 de octubre de 2023 por parte de Hamas que es la autoridad en Palestina, pero no son perita en dulce ni ejemplo de valores humanistas. Aún las personas en Israel se pronuncian cotidianamente recordando las propias víctimas y pidiendo el fin de esta guerra sin límites contra los palestinos. Un duelo difícil y doloroso convertido en canto, en oración, en petición de justicia y paz, no en venganza.
Los gobiernos grandes y fuertes, esos que cuentan geopolíticamente, poco han hecho y además borran con el codo lo que hacen con la mano. Mandan ayudas, pero dejan que las bloqueen en la frontera, hablan de paz pero envían armas, hablan de diplomacia, pero dejan que un solo gobernante condene a los niños de otra nación a la mutilación dejándolos minusválidos, huérfanos, desnutridos, sin instrucción y pobres si todo les va bien. Porque la otra posibilidad a la cual los ha condenado es a la lenta y agónica muerte por hambre y deshidratación o la rápida y asustadora muerte por bombardeo.
La sociedad civil a lo largo y ancho del mundo ha marchado, protestado, expresado artísticamente, ha hecho gestos simbólicos y pacíficos a favor de palestina y en contra de la invasión israelí en Gaza. Aunque hay una parte menor de población, pero a mi modo de ver peligrosa, que ha manipulado este momento de malestar colectivo para ratificar, difundir y radicalizar el odio contra los hebreos.
En cada conflicto, hay gente que cree que excluir deportistas, científicos, intelectuales y artistas de competencias, convenios y muestras sea la cosa justa, y otras como yo que piensan que no sirve castigarlos y privarlos de participar, es como hacer pagar justos por pecadores, es acallar voces que a lo mejor ni siquiera concuerdan o aprueban lo que hace el gobernante de la nación que representan y que muy probablemente no pueden discernir públicamente.
Mientras Europa discute sobre rearme y algunas de sus naciones piensan poner de nuevo obligatorio el servicio militar, mientras Europa fatiga a resolver diplomáticamente el conflicto entre Ucrania y Rusia, mientras Estados Unidos un día le arma pataleta a México y Panamá y la mañana siguiente a Venezuela, no sin antes jalarle el pelo a Ucrania, Canadá, Sudáfrica y la Unión Europea.
Mientras rusos y ucranios se siguen matando, mientras la sociedad civil de Israel sigue conmemorando sus muertos y sus secuestrados y sigue exigiendo un negociado de paz con Palestina, mientras Cisjordania y Líbano llevan del bulto en el conflicto medio oriental, mientras los países árabes han dicho alguna cosa, pero no han hecho nada de concreto por el vecino de casa asediado y reducido al hambre, mientras…
La sociedad civil de unas 40 naciones se organiza en lo que es la mayor movilización humanitaria de los últimos tiempos y zarpan hacia el confín entre Israel y Gaza, para romper el silencio mediático impuesto por Israel que no deja entrar periodistas en Palestina, para crear un corredor humanitario y hacer entrar sí o sí ayudas: comida, utensilios de aseo personal (incluidas toallas higiénicas y pañales), medicinas e instrumentos médicos, especialistas en salud mental post conflicto, etc.
Esta movilización humanitaria lleva el nombre de Sumud Flotilla. Sumud significa en árabe sumar, en el sentido de solidaridad y resistencia. Viajan activistas, personas del común pero que cumplen con ciertos requisitos de selección, periodistas, uno que otro político, médicos y marineros entre otros. La mayoría zarparon el 1 de septiembre desde el puerto de Barcelona, pero también desde otros puertos, pues participa la sociedad civil de todos los continentes en modo obstinado y convencido no obstante las amenazas del gobierno israelí de tratarlos como terroristas.
El presidente de Colombia dijo que condecorará con la Cruz de Boyacá, máximo reconocimiento que se le hace a un ciudadano colombiano, a los voluntarios que se embarcaron con coraje hacia Gaza con la Sumud Flotilla. Asimismo otros gobernantes se pronunciaron ante las amenazas del gobierno de Israel a favor de la tutela de los ciudadanos que participan en esta travesía.
En Italia zarparon el 31 de agosto desde Génova unas barcas y el 6 de septiembre desde Siracusa saldrán otras. Siracusa es un lugar especial en Sicilia, porque es la Puerta de Europa sobre el Mediterráneo, así que desde hace muchos años es puerto de arribo de migrantes y los siracusanos han estado siempre en primera línea en el socorro y atención de migrantes y son testigos de los trágicos naufragios en el Mediterráneo y de las heridas del cuerpo y del alma de africanos, pakistaníes, sirios, egipcios, etc.
Volviendo al tema flotilla, inicialmente el gobierno italiano guardó un embarazoso silencio ante las amenazas del gobierno israelí a los tripulantes de la Sumud Flotilla. Ante el legítimo reclamo de la izquierda, les ha tocado decir que claro que asistirán a los ciudadanos italianos que lo necesiten, pero han dado a entender que no apoyan ni están de acuerdo con esta iniciativa humanitaria y que quien zarpa tiene la culpa de ponerse en peligro y representa un gasto para el estado. Es decir, la culpa es siempre de quien ayuda.
¿Y los palestinos? ¿Será que se han enterado de que del otro lado de la frontera desde hace casi 2 años la población de Israel se ha pronunciado a favor de Palestina y contraria al propio gobierno? ¿O los tendrán manipulados y envenenados contra los vecinos de casa?
¿Se sentirán decepcionados de los dirigentes mundiales que han permitido el genocidio de su pueblo? ¿Echarán la culpa a sus gobernantes? ¿El único culpable será Netanyahu? ¿Pensarán que el resto de humanidad los abandonó? ¿Sabrán que es la primera vez que tantas personas en todos los continentes apoyan la causa palestina? ¿Qué se murmura entre una bomba y otra? ¿Qué información les da o les oculta Hamas? ¿Qué información se logra filtrar a través de las pocas ONG’s que aún operan en Gaza y que tienen un mínimo contacto con el exterior?
¿Mañana, qué les diremos a los niños israelíes y palestinos? Les recordaremos que durante la Segunda Guerra Mundial a los hebreos perseguidos, segregados y reducidos al hambre les pedían que se quitaran la ropa para hacerse una ducha y con este engaño los mataban en las cámaras de gas. Les recordaremos que en igual modo después del 7 octubre de 2023 a los palestinos perseguidos, segregados y reducidos al hambre les decían de meterse en fila para distribuirles comida y con este engaño les disparaban para matarlos. Les diremos que ambas cosas son lo mismo: un genocidio.
¿Luego, les hablaremos de paz y reconciliación, de hermandad y humanidad, de solidaridad y esperanza? ¿Sanaremos sus heridas? ¿O seremos adultos irresponsables y meteremos sal sobre la herida y encenderemos los ánimos sembrando cizaña? ¿Seremos indiferentes ante el dolor de esta infancia y los abandonaremos a la propia suerte? ¿Los cuidaremos y seremos un buen ejemplo para ellos?
Suenan a la puerta, son los testigos de Jehová, me preguntan si pienso que un día el mundo vivirá en paz. Les digo que espero que la sociedad civil logre lo que los gobiernos no han logrado. Me dicen que los gobiernos no son capaces, pero Dios sí, que nos lo ha prometido y leen el salmo 41 que se refiere a esta promesa.
A lo mejor haya que unir fuerzas humanas y divinas para lograr la paz en todos los lugares donde reina el conflicto. A lo mejor sea iluso pensarlo posible, pero sano mantener la esperanza. Por eso me despido de la persona que me ha leído el salmo 41,
diciéndole - lo espero por los niños de hoy, para que sean la primera generación que vive en paz.
A los niños de un lado y otro de la franja, les deseo que los próximos despertares les permitan jugar y reír juntos en la calle y en la escuela, donde encontrarán buenos maestros y buenos amigos. Les deseo que los próximos despertares les permitan compartir el pan, el café y las buenas tertulias.
Hannalucida.
Italia
Septiembre 4 de 2025